Reconstruyendo una amistad

 El espíritu de la superación es y será el máximo combustible de este relato. En donde conoceremos a dos personas con orígenes muy humildes, pero destinados a la grandeza; uno de nacionalidad costarricense y el otro rumano.

Ambos comparten algo más que dar sus primeros pasos en una zona rural, sino también una bella amistad. Resulta imposible entrevistar a estas dos figuras tan peculiares; ya que fallecieron.

Sin embargo, con la ayuda de María Antonieta Arguello y Dragos Dolanescu, seremos capaces de reconstruir a partir de sus testimonios lo que fue la vida de José Manuel Ureña (fallecido conyugue de María) y Ion Dolanescu (padre de Dragos).

Los 40s.: Dos finales y dos nacimientos ¿Casualidad? La década de los 40s significó sufrimiento para millones de familias. Ya que fue un espacio en el que murieron muchísimas personas. El  mundo supo lo que significaba el miedo, principalmente Europa, en donde el dictador alemán Adolf Hitler  empezaría a propagar su ideología nazi. Llamó la atención de  líderes a nivel mundial, los cuales quisieron unir sus fuerzas  tanto a favor de Hitler (El Eje) o en contra del nazismo (Los Aliados).


Ion Antonescu (izquierda) junto a Adolf Hitler (derecha)

Es en esa escogencia de bandos donde  el pueblo rumano se vio comprometido. Ya que su jefe de Estado militar fascista, el general Ion Antonescu, era un aliado del führer. Los cuales planeaban utilizar Rumanía como una  línea de resistencia, convirtiendo Los Balcanes en una fortaleza para el Eje.

Sin embargo, esta idea no le hizo nada de gracia al pueblo, en donde después de mucho esfuerzo lograron derrocar a Antonescu. Fue en un 23 de agosto del año 1944, en donde el mundo ganaba esperanza, ya que el reich se empezaba a desmoronar. Rumanía se uniría a los Aliados, siendo el cuarto país en enviar  más soldados a luchar contra Alemania. El Eje seria vencido en el 2 de setiembre del año 1945.  

El año 1944 quedará marcado en la historia rumana, porque se originó el Día Nacional (22 de agosto) en honor  a su papel en la Segunda Guerra Mundial. También porque en un  pequeño pueblo de la ciudad de Dambovita llamado Persinari, nacería la leyenda, Ion Dolanescu.

“Mi papá era un cantautor, fue uno de los más prolijos y de los que mas canciones hizo. Más de mil canciones y más de cien discos. Un verdadero titán de la música folclórica rumana.” – Dragos Dolanescu

“Era como un Lencho Salazar rumano, pero Lencho no le llega ni al dedo gordo, Ion Dolanescu significaba muchísimo para los rumanos, tanto en su propio país como a nivel internacional. Era un romántico y persona sencilla, que cantaba un dejo de dolor, por lo que vivía el país”. – María Antonieta Arguello

Además, en ese mismo año, Don Pepe Figueres volvía a Costa Rica después de haber sido exiliado en 1942, por su polémico discurso radial en donde le pedía a Rafael Ángel Calderón Guardia que se fuera del poder. Cuatro años más tarde, Guardia perdía las elecciones contra Otilio Ulate. Sin embargo, los calderonistas y comunistas denunciaron un fraude electoral y se anularon las elecciones.

Este hecho le dio origen al movimiento Liberación Nacional, liderado por Figueres, vecino de la zona de Los Santos. Y ahí se cambiaría el rumbo del país por completo. En aquellos enfrentamientos que se dieron en la zona, había un soldado de alto rango llamado Natán Ceciliano, que se encontraba batallando en la Sierra .


Monumento A Los Caídos De La Guerra Civil, Santa María de Dota.

La familia del combatiente vivía en Santa María de Dota, en donde se encontraba su hija llamada  Martina que daría luz  a José Manuel Ureña Ceciliano. Don Pepe se movía por todo Los Santos, en donde planeaba su estrategia para combatir contra los caldernonistas. Varias veces se escondió en la casa de Ceciliano y eso a Martina le daba mucha congoja, por lo que su hijo (José Manuel Ureña) nació con el hígado grande.

Figueres decía que Doña Martina era una “revuelca albóndigas” ya que era una persona muy pelotera, activa y muy metida en la causa. De hecho, en el segundo periodo de Don Pepe como presidente, ella fue diputada de Liberación Nacional. Su hijo, José Manuel Ureña, pronto tendría su paso en política, pero todavía faltaban mucho tiempo.  

“(sobre José Manuel Ureña) Era un tipo grande, masivo, moreno, liberacionista de la zona de Los Santos, bellísima persona. Mi papá lo quería muchísimo, él fue el embajador costarricense en Rumanía. Llegaba a la casa de mi papá a cantar con él y tomarse unos vinos.” – Dragos Dolanescu

Ureña hizo la primaria en la escuela República de Bolivia, en toda la zona no había ni un colegio. La única posibilidad para que los muchachos de bajos recursos económicos siguieran sus estudios, era convertirse en sacerdote. A los 12 años, fue inscrito en el seminario San Antonio de Belén, ya que la matricula era gratis.


La formación académica fue muy buena. Pero, no tenía vocación para el sacerdocio, ya que a los 16 años se asustó al verse con el hábito, por lo que salió del seminario. Terminó el bachillerato en el Napoleón Quesada; sin embargo, gracias a su experiencia con los padres americanos, ganó unas bases muy sólidas en inglés y latín.


Los 70s: En busca de un sueño. A los 18 años, Ureña fue hacia Estados Unidos a trabajar temporalmente como electricista, en donde afinó su inglés. Posteriormente volvió a Costa Rica y partió rumbo a Francia a aprender el idioma, esto porque era miembro activo de la juventud liberacionista y fue becado por el gobierno francés. Es en este periodo, donde tiene el primer contacto con unos rumanos e incluso conoció Rumanía, sin saber que pronto viviría ahí.


“El (Ureña) siempre fue una persona que se encargó de alimentar su conocimiento a partir de la lectura y educación. Tenía muchísima facilidad para aprender idiomas e incluso cuando no sabía muy bien la lengua, siempre lograba comunicarse de una manera en la que se le entendía perfectamente lo que se le refería. Nuestro hijo, Alfonso, por dicha fue bendecido con esa cualidad.” – María Antonieta Arguello

Se le hacía muy fácil el idioma, ya que el rumano es una lengua latina y sus bases eran muy sólidas, como se señaló anteriormente. Después de su aventura en Francia, regresó a Costa Rica y Doña Martina ya era diputada. Manuel Mora, dirigente del Partido Comunista, también formaba parte del congreso y ambas figuras tenían una buena relación entre sí.

Los países comunistas en ese entonces buscaban que países de occidente llevaran jóvenes a estudiar en su territorio. Entre esos se encontraba Rumanía, el cual le había vendido el tren a Costa Rica y además, brindaba becas. Por medio de Mora, Ureña logra aplicar  y es aceptado para estudiar sociología en el territorio rumano en la década de los setentas. Justamente cuando empezó el régimen de Nicolae Ceausescu en 1967. Pero antes del “bien hablado” de Santa María de Dota, llegaba Margarita Valenciano; la primera costarricense en ser becada por el gobierno rumano.

Mientras tanto, el “titán del folclor”, Ion Dolanescu, estaba empezando su carrera musical, lanzando sus primeros álbumes en el año  1970.  Su  hijo comenta que su papá era querido porque cantaba con el sentimiento y que sus letras eran basadas en sus vivencias. Situaciones tan sencillas como una conversación con algún desconocido (a) le servía de inspiración para escribir .


“Mi papá tenía una dicho que dice asi ‘Poti canta foarte bine si foarte tare. Dar un este de folos daca un ai nimic de spus oamenilor/ Puedes cantar muy bien y muy fuerte. Pero de nada sirve si no tienes nada que decirles a la gente’’’- Dragos Dolanescu


Álbum debut de Ion Dolanescu “Cine Intra-N- Persinari”.

Su carácter tan llevadero se refleja en las fiestas donde era anfitrión, en estas tenía una amplia lista de invitados en las que se destacaban personas comunes y corrientes del pueblo y otros artistas de la época. En donde les brindaba vino de su propio viñedo y cantaban día y noche. Estas fiestas tenían una duración de tres días y ojo, tres noches. Ademas, cuando no habían celebraciones, siempre tenía algún invitado en la noche con el cual pudiese charlar y compartir su tiempo.


“Yo no era parrandera, pero aquellas fiestas de tres días eran como una obra de teatro. Llegaban muchísimos artistas del país y era como un show. Otro mundo, se presentaban, bailaban, tomaban. Se emborrachaban a la mañana siguiente volvía a comenzar desde temprano. Era un ambiente esplendido, bebíamos del mismo vino de sus viñedos y comíamos alimentos de sus propiedades.”

– María Antonieta Arguello

Ion Dolanescu vivía del mundo del espectáculo y su hijo lo define como “una mula de trabajo” ya que era muy profesional.  Hacia aproximadamente cinco presentaciones cada fin de semana y cobraba alrededor de 25mil leu; en el momento que el gobierno comunista se dio cuenta de lo que estaba ganando fue llevado a juicio. Ya que el rumano promedio ganaba 1000 leu al mes y Dolanescu llegó a tener 1 000 000 de leu, los cuales se los quitaron porque era el “germen del capitalismo”.  Por lo que siguió trabajando, pero la plata ya no la guardaba, si no la invertía principalmente en obras de arte.

El artista se presentó varias veces frente a Nicolae Ceausescu y su esposa Elena Ceausescu , sin embargo no había una buena relación. Varias veces recibió castigos, en donde no le dejaban presentarse. Cabe destacar que el régimen que vivía el país era sumamente autoritario y había una ley que le prohibía a los rumanos tener relaciones con extranjeros, lo cual incumplió Dolanescu, en el momento de conocer a la costarricense Margarita Valenciano.


Margarita Valenciano junto a Ion Dolanescu.

La costarricense, que estaba estudiando en el país, fue la primera mujer costarricense en ser becada por el gobierno y tuvo un hijo con Ion en el año 1975. Cuando el régimen se dio cuenta los castigaron. Prohibiéndole al artista presentarse por dos años. Además, el bebe debía de salir del país para que Valenciano pudiera terminar sus estudios, por lo que Dragos Dolanescu, el hijo prohibido; fue enviado a vivir con sus abuelos costarricenses en la zona de San Carlos donde fue criado .

“Era imposible que llegasen a tener una relación normal, el régimen se encargaba de prohibirles el amor.” – María Antonieta Arguello

El año 1976 fue un año histórico a nivel deportivo, ya que fueron las recordadas Olimpiadas de Montreal. La cual fue marcada tanto por sucesos negativos, como presentaciones atléticas fenomenales. Se batieron 27 récords mundiales pero lo que verdaderamente asombroso, fue la gimnasta rumana Nadia Comaneci. Que se convirtió en la cara internacional  del régimen rumano al recibir calificación perfecta y el oro; la primera en la historia.


Nadia Comaneci en las Olimpiadas de Montreal de 1976.

José Manuel Ureña terminó la carrera de sociología, pero quería sacar el doctorado. Además, estaba encantado de su experiencia en el país, por lo que a partir de sus ganas de volver y ampliar sus estudios; solicitó el puesto que quedaba en la embajada costarricense como agregado cultural para trabajar en el servicio exterior mientras estudiaba.

En esas épocas conoció a Margarita Valenciano, en una actividad tica y a partir de ella; al cantante popular más representativo de todos y ambos se hicieron buenos amigos.

Ya para la próxima década, Valenciano no vivía en Rumania, pero Ureña fue un medio de comunicación entre los dos. Algo así como una paloma mensajera de amor.

Los 80s: Nuevos inicios, mucha discreción y un viejo final. El padre de Ureña se encontraba ya en las últimas, por lo que su hijo se regresó a Costa Rica y tiempo después terminó los estudios. Mientras tanto, toca introducirles a María Antonieta Arguello, que se encontraba trabajando en el área de investigación en la Universidad de Costa Rica (UCR) junto a la magistrada de ese entonces María de los Ángeles Soto y la directora de la cátedra Doña Elizabeth Odio. Su labor era pasar el tiempo en la biblioteca de la UCR, recopilando información acerca del derecho de familia, para actualizar los textos educativos.

La trasladaron a la Asamblea Legislativa, para terminar un trabajo por falta de personal.  Y Ureña se encontraba siendo asistente del diputado Guillermo Malavasi, un día el muchacho de Santa María entró a la biblioteca de la institución.

n día mientras se encontraba en la biblioteca de la institución, un hombre de buena lengua llegó a sentarse a la par de ella y empezaron a hablar. Desde esa inocente conversación, hasta que murió Ureña, ambos estuvieron juntos como pareja. A los cinco meses de pareja se casaron en el año 1983.


José Manuel Ureña junto a María Antonieta Arguello y su hijo Alfonso Ureña Arguello.

Una vez juntos, los dos se unieron  al Partido Liberación Nacional (PLN), en lo que serian las primeras elecciones de Óscar Arias; donde el vecino de Santa María de Dota sería candidato a diputado para el periodo de 1986. Sin embargo, su candidatura legislativa no tuvo éxito ya que no fue electo.


Propaganda para diputado de José Manuel  Ureña.

 Por lo que la historia le prepararía otra aventura ya que Arias si fue electo. Y este nombró a Ureña en un puesto de Rumanía, por lo que volvería al país esta vez acompañado de su esposa.

“Cuando llegamos a Rumania, yo me sentí como en una película de los años 40s de blanco y negro. El régimen del dictador tenía al país muy debilitado. Ya que sus intenciones como mandatario era ser el primer país del mundo en pagar la deuda externa. Pero eso lo logró sacrificando tres generaciones. En donde había reducción en la comida, en la calefacción a nivel nacional… La gente sufría mucho y eso era evidente. El primer invierno que llegamos se murieron 20 viejitos tan solo en la cuadra donde vivíamos y esto por el frio.

En la plaza solo se conseguía cebollas y conservas, no había nada de comida. Así era la situación crítica de los países del Este en donde el mercado negro era un recurso, la moneda rumana era el leu. Sin embargo, en ese entonces, la moneda del mercado negro eran los cigarrillos y el guaro. Era la única manera de conseguir papel higiénico de lo contrario era como papel lija y el desodorante que se conseguía legalmente, ni quitaba el olor a sobaco. Tampoco había rótulos en las calles ni comercios internacionales. Era un país gris por su situación, pero al mismo tiempo bellísimo, aunque la gente tenía que hacer filas de hasta 4 horas por un bollo de pan.” – María Antonieta Arguello.

Sin embargo, como en otros países comunistas, la cultura artística era muy importante. El gobierno les facilitaba a las personas asistir a obras de teatros entre otros espectáculos como el circo rumano y las lujosas presentaciones del ballet ruso. Incluso era común ver a un viejito limpiando la calle en el día, pero en el teatro de noche. Una realidad muy parecida a la de Cuba. El caso de Ion Dolanescu, ejemplifica la importancia folclórica que los rumanos le daban al arte.

Los Ureña eran “intocables” ya que venían con pasaporte diplomático. Pero eso no quita que fueran constantemente vigilados. Rumania, formando parte del bloque del Este, se especializaba en el área del espionaje. Principalmente en la tecnología auditiva. El servicio secreto rumano se llamaba la Securitate, causaba temor para la vida cotidiana. Ya que cualquiera podía formar parte y detuvieron a miles de personas a raíz de aquel control del régimen.

«Jamás he olvidado el consejo que me dieron entonces: no contar nunca la misma historia de la misma manera a más de dos personas. De lo contrario, cuando informaban a la Securitate [la policía secreta del régimen de Ceaușescu], estabas perdido» – Cita Anónima

José Manuel tenía mucho conocimiento sobre la verdadera situación que atravesaba el país, ya que no era la primera vez en el suelo rumano. De hecho, siempre les seguía un carro con dos personas en traje entero y anteojos oscuros que los vigilaban de cerca. Incluso había micrófonos escondidos en sus propios muebles.

“Mi esposo y yo nos dimos cuenta que en la cama matrimonial se descompuso un micrófono. Estábamos durmiendo y empezaba a sonar. Nosotros quitábamos colchones, almohadas, tocábamos madera y nunca descubrimos donde estaba el bendito micrófono.  Pero de todos modos era normal. Sabíamos que todo lo que hablábamos lo estaban escuchando. Pero yo decía ‘de por si hablamos en español’, aunque después nos dimos cuenta que tenían gente que conocía el idioma oyendo todo.

Un día al terminar el invierno. Yo quería salir de ahí, todo el invierno metidos en la casa y yo le dije a José que fuéramos a hacer un picnic que ya había llegado la primavera. Alistamos una canasta con comida y nos fuimos a campo. Entonces fuimos a una plaza donde había un laguito como para pescar. Y cuando nos vinimos, resultó que nos dijeron que ahí abajo del lago, había una base militar. Eran muy sofisticados” – María Antonieta Arguello.

La pareja costarricense vivía en Bucarest, dentro de un edificio de ocho pisos con otras figuras políticas internacionales. Pero los rumanos, tenían que ser cómplices del régimen, de lo contrario no tenía el derecho de instalarse en aquel espacio.


Símbolo de la Securitate.

La criada domestica que les ayudaba a mantener el orden en el hogar se llamaba Teresa. Vivía en una zona al límite con Rusia. Ella tuvo que decirles a las autoridades que formaría parte del servicio de espionaje y estaría a disposición del régimen, aunque en contra de su propia voluntad, de lo contrario estaba destinada a una vida de menor calidad.


Pintura propiedad de Arguello, campesina rumana muy parecida a Teresa

Mientras José Manuel cumplía con su oficio en la embajada, su esposa estudiaba inglés y francés. Pero además de aprender idiomas, también participaba en un curso de pintura, en donde compartía con otras mujeres que también venían con puesto diplomáticos. Eran un grupo de 12 señoras que se reunían una vez a la semana en una casa diferente; la clase era impartida por un rumano puesto por el mismo gobierno.


Pintura sobre vidrio, matrimonio rumano, hecha por María Antonieta Arguello

“Un día en 1989 estábamos reunidas en la casa del cónsul de Alemania, esa gente si tenía un buen salario y tenían una casa hermosa con un jardín enorme. Yo era muy amiga de su esposa porque era ecuatoriana y éramos muy pocas diplomáticas que hablábamos español. Pero aquel día estábamos reunidas en la casa de ella pintando. Cuando entra aquel señor de dos metros que era sumamente serio, con una cara desfigurada  gritó: ‘¡Están botando el muro de Berlín!’ Y así de grande, así de fuerte, así de machista, se le bajaban las lágrimas y no lo podía creer.

Cuando empiezan a llegar todos los de la embajada y entonces era ver a los alemanes con una felicidad tan impresionante porque todos lloraban y decían: ‘Tenemos familia que hace años no vemos porque están del otro lado del muro y ahora lo están botando, es que eso no puede ser’. Se me ponían los pelos de punta. Algo que nadie se imaginaba, una de las experiencias más bonitas que he tenido y viviéndolo desde la embajada de Alemania y fue un fiestón.” – María Antonieta

Aquella caída del monumento más significativo del comunismo de la época significó un efecto dominó en el que Europa del Este empezó a sentir el fin de bastantes regímenes. Por el lado de Rumanía, había cierto estado de inseguridad. Basta con decir que hasta la cara representativa del comunismo rumano hacia el mundo, Nadia Comaneci, se había escapado del país

“Por ahí de octubre o noviembre del año 1989, Nadia Comaneci, la gran gimnasta rumana se fuga del país. A través de una cajuela hacia Hungría, en el carro de una persona que conoció en la casa de mi padre y de hecho, se fugó desde la casa de mi padre.” – Dragos Dolanescu

“A mi esposo lo tenían entre ojos por la huida de Nadie, porque era muy amigo de Ion. Y además mi esposo era muy conocido en Rumanía. Yo no sé si era cierto que mi esposo haya participado.” – María Antonieta Arguello


Ion Dolanescu junto a Nadia  Comaneci.

La esposa de Ureña conoció a una estudiante costarricense de medicina llamada Annabelle Mora, lo que hoy es como una hermana para ella. Pasaba mucho tiempo con la familia e iba mucho a almorzar. Era tal la relación, que los Ureña incluso le presentaron a su esposo que era el embajador de la India en ese entonces. Pero se debían de despegar en el año 1989, justamente en el tiempo de lo que fue la Revolución Rumana.

Yo a  Annabelle la quería mucho y yo estaba sufriendo cuando se tenía que devolver otra vez a Costa Rica. Porque había terminado su especialidad en ortopedia. Pero antes que se fuera, yo le dije que viniera a la casa. Y bueno, la invité a almorzar y nos tomamos los vinos, el vino rumano era delicioso y súper barato, más que el agua. Y bueno, fue tal el tiempo ¡Que a Annabelle se le fue el tren! Y se pone a llorar, ya que tenía conexión en Checoslovaquia para coger el avión. Entonces mi esposo llamó al chófer de la embajada para ver si podían interceptar el tren en la frontera. Eran como 600 kilómetros, pero era un caso de urgencias. Entonces mi esposo se fue a dejarla hacia el norte. Iban súper apurados y rápido. Pero entonces Adán (el chófer) le decía a José que algo raro estaba pasando. Ya que en todos los pueblitos por los que se pasaba había como retenes de policías inusuales.

Y la dejaron en Timisoara, justamente donde había un alboroto enorme. Mi esposo una vez que se cumplió ese largo trayecto, pasó a descansar en los baños de Hércules (una zona famosa por las aguas termales). Para llegar no tan cansado de vuelta, pero ahí le dijeron lo que estaba sucediendo en el pueblo de Timisoara, donde estaba estallando la Revolución Rumana.” – María Antonieta Arguello.

En aquellos días de incertidumbre, el gobierno de Ceausescu estaba muy por debajo del apoyo del pueblo. Su situación empeoró cuando a su petición, expulsaron a un pastor luterano llamado Lazlo Tokes. El cual había mostrado mucho criticismo hacia el régimen días anteriores. Esto provocó muchos sentimientos en la población religiosa, la cual se lanzó a las calles de Timisoara.


Manifestaciones en diciembre del año 1989, Timisoara.

Miles de jóvenes y estudiantes eran los principales integrantes de aquella manifestación, que se convertiría en un recital de cantos políticos anti comunistas. Esto causó  que la Securitate interviniera con gas lacrimógeno y fuerzas anti motines. Sin embargo, los manifestantes se dispersaron y algunos intentaron quemar la sede del Partido Comunista Rumano (PCR) y esto tiñó una manifestación pacífica al color de una masacre.


Cadáveres en Timisoara, 1989.

Cabe destacar que el servicio secreto estaba camuflado, por lo que la gente no sabía de donde estaba siendo atacada. Al día siguiente los enfrentamientos eran en contra del mismo ejército el cual iba equipado incluso con tanquetas. Ordenes tan drásticas solo podían ser dadas por el mismo líder del país, que se encontraba en Bucarest. Pronto el alcalde de Timisoara prohibiría las reuniones de más de dos personas, sin embargo, esto fue ignorado por el espíritu revolucionario que fue a la plaza y ondeó la bandera de la revolución .


Un soldado rumano junto la bandera de la Revolución Rumana
.

“Cuando ya empezó la matazón, le dijeron a mi esposo que la Revolución ya había empezado. Se fue a la Universidad a llamar a todos los ticos para que se escondieran. Cuando las tanquetas disparaban las ventanas estallaban tan solo por el sonido. Aunque estuvieran lejos era tal la magnitud. Faltaba un tico y no aparecía ya que estaba en la casa de la novia. La embajada debía de proteger, mientras que otros países más bien los evacuaban, pero Costa Rica no tenía tanto presupuesto.

Nosotros teníamos un Mercedes blindado que se lo compramos a la embajada de Suecia y eso salvó a mi esposo. Porque mientras iba manejando quedó en el medio de un duelo. Se tuvo que meter en contra del muro de una casa para esconderse ahí y pasar la noche refugiado. Al dueño de la casa casi le da un infarto. A la mañana siguiente volvió a la casa y me dijo que cuando manejaba sentía un zigzag, y eso era porque manejaba encima de cadáveres.

Era un ambiente triste y a mi esposo le dijeron que por ser extranjero, el podía contarle al mundo lo que estaban viviendo Rumanía

Mientras tanto la esposa del agregado militar de Israel me dijo a mí que le diera posada a ella y a sus hijos porque ambas estábamos solas. Yo hasta puse la bandera de Costa Rica en mi casa, porque éramos un país de paz y el mundo sabía. Entonces yo la puse ahí por si acaso. Con Teresa estábamos rezando rosario aunque ella lo rezaba en rumano y yo en español.” – María Antonieta Arguello

Aquellos días estuvieron llenos de manifestantes, el mismo gobierno intentaba que algunos gremios se unieran al servicio secreto y que intentaran frenar lo que estaba sucediendo. Pero la gente tenía claro que Ceausescu era el verdadero villano en la historia.


Ultimo discurso de Nicolae Ceausescu en Bucarest, capital rumana.

Pronto los disturbios se trasladaron a la capital en donde el presidente dio un discurso nacionalista en contra de las revueltas, aunque no le serviría de nada. Ya que la contra logró interrumpirlo con gritos que lo culpaban de todas las muertes.

Esto  se estaba dando en el 21 de diciembre de 1989, pero los enfrentamientos duraron hasta la noche del 22. Había miles de francotiradores escondidos y con el servicio secreto filtrado se dieron los enfrentamientos. Esta fue la primera revolución que quedó grabada hacia los ojos de toda la humanidad.


Una de las fotos más icónicas de la revolución.

Tanto su esposa como el tuvieron que huir en un helicóptero hacia Targoviste donde fueron encontrados y pronto juzgados por el genocidio que fue el régimen, enriquecimiento ilícito (misma acusación que ellos años pasados le hicieron a Ion Dolanescu) entre otros crímenes.


Elena y Nicolae Ceausescu después de ser condenados.

Fueron encontrados culpables y condenados a la pena de muerte. El 25 de diciembre serian fusilados y la Rumanía democrática nacería bajo las cenizas de todos aquellos fallecidos que lucharon y sufrieron por poder tan solo algún día volver a sentir el aire de la libertad .


Cadáveres de la pareja de Ceausescu.

Finalmente los Ureña se devolvieron a Costa Rica, su periodo como diplomáticos había concluido. Por el lado de Ion Dolanescu, pronto comenzaría una carrera política en suelo rumano. Y el hijo prohibido, Dragos Dolanescu, hoy es diputado por Alajuela en la Asamblea Legislativa.

Cierre.  Este trabajo investigativo despertó  muchos sentimientos en mi. A partir de aquellos testimonios fui capaz de no solo reconstruir la amistad de Ion Dolanescu y José Manuel Ureña, si no también años de historia rumana. Puedo asegurar que sentía mis ventanas estallando por el sonido de las tanquetas mientras narraba lo que me iban contando. Cuando sucedió todo eso ni siquiera había nacido, por lo que agradezco toda la paz que he vivido y en al ambiente de paz que es Costa Rica donde he crecido.

            Rumanía es un país que ha pasado por verdaderas tragedias. Les recomiendo que escuchen la música de Ion Dolanescu, no importa si no se entiende la letra. Basta con escuchar el tono de voz para sentir ese dejo de dolor, pero también la esperanza y humildad campesina. Los orígenes de una persona no revelan lo que será el futuro, quien hubiera imaginado que aquel niño que nació en el 48 en la zona de Santa María terminaría siendo diplomático en Rumanía y que aquel campesino rumano seria el máximo exponente del folclor. ¿Quién hubiera imaginado que el Muro de Berlín caería?

            El comunismo podrá sonar como una alternativa linda y social. Pero el estilo de vida que sostuvo el bloque del Este es la prueba en carne viva que, en el nombre del pueblo, se termina sacrificando a tal. Llámese también los gobiernos autoritarios que no toman en cuenta a su propia gente, la cual no la dejan tener riquezas a base de trabajo, pero ellos se inflan económicamente a partir de un esfuerzo ajeno.

Velas en honor a los caídos en Timisoara y de la revolución, 1989.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, sin embargo, sigue habiendo países que están viviendo una situación parecida. A veces parece que la humanidad está destinada a cometer sus mismos errores. Que ingenuo Ceausescu, de verdad pensaba que ningún país externo acabaría con su dictadura. Y veía al pueblo tan débil, que ni siquiera vio venir un golpe desde los propios rumanos.

Revolución.

 Pero la gente se cansa de vivir bajo la crueldad y a  veces estarán dispuestos a morir por su patria y por el futuro, aunque no lo vayan a conocer. Agradezco la oportunidad de entrevistar a María Antonieta y al diputado republicano Dragos Dolanescu. Ojalá en el futuro logre ampliar este trabajo, ya que hay material de sobra.

De igual manera los invito a leer la crónica, en la que el hijo de los Ureña, Alfonso; me da un recorrido de 4 días en Santa María de Dota acompañado de la periodista británica internacional Lucy EJ Woods. Donde nos adentramos en esa hermosa naturaleza conociendo a distintos productores de la zona y sus técnicas de conservación del medio ambiente.

Un Dragos Dolanescu más íntimo. El hoy diputado del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC) por Alajuela, no siempre quiso ser político. En sus inicios, al igual que la figura de José Manuel Ureña, quería estudiar para cura. Pero se dio cuenta que hubiera sido un pésimo sacerdote, ya que no era su estilo de vida. No obstante, el quería tener el poder de ayudar a las personas, por lo que se interesó en la psicología y sacó su carrera universitaria sobre eso.

“Cuando regresé (a Costa Rica) en el 2005 de estudiar en el extranjero. Estuve trabajando en las barreadas, en los arrabales de Rincón Grande de Pavas, en todas esas zonas donde hay mucha pobreza extrema. Y conocí a esa otra cara de Costa Rica, me di cuenta que había un gran caudal de dinero que se dispara para ayudar a los pobres. Pero esa gran cantidad de dinero se reparte en un montón de instituciones, en un montón de presidencias, de funcionarios y carros lujosos.

Por lo que, de ese caudal, solo le llegan gotitas a la gente humilde. Y entonces pensé que si llegaban las personas correctas a los puestos correctos, podríamos poder ayudar a más gente. Mientras que en la psicología yo podía ir ayudando a una persona a la vez, me di cuenta que, en la política a partir de las decisiones correctas, podría impactar a cientos de miles de personas.” – Dragos Dolanescu

El amor que él le tiene a la provincia es incondicional. Se siente tan alajuelense como rumano. Norteño porque ahí fue donde lo criaron sus abuelos campesinos principalmente, creciendo a la par de ganado, de cerdos y esa vida tan linda de campo. Le fascina la chota de la provincia y aunque su equipo de fútbol lleva años sin ver un campeonato, sigue siendo manudo de corazón.

“El ser diplomático es toda una profesión que tiene como raíz un montón de matices que hay que saber aclimatar. Llegar a grandes consensos y ser políticamente correcto. Pero la vida del campo es más dulce, más transversal, transparente. La gente de plano te va a llegar a decir lo que quiere de buenas a primeras. No hay tanta parte política.” – Dragos Dolanescu

Ion Dolanescu le decía a su hijo que no fuera un “hombre malo”, eso significa amar la profesión y no buscar hacerle daño a nadie. Tomar en cuenta su familia y protegerla, ser un buen amigo. Y Dragos trata de ser consecuente con las enseñanzas de su papá porque a pesar de toda la fama que tuvo, nunca perdió la humildad.


Dragos Dolanescu en la tumba de su padre, Ion Dolanescu en Bucarest.

Dragos Dolanescu acaba de presentar un documento, para que el presidente Carlos Alvarado tome una posición sobre la situación cubana con respecto al castrismo.

“Creo que el comunismo no es la mejor opción para nadie. Porque ya se ha entendido que no sirve. Solo fructifica a unos pocos y al resto ya hemos visto lo que pasa en Cuba, en Venezuela, Europa del Este y la URSS. Ahora, política nacional, política  actual latinoamericana, para nadie es un secreto que el PAC es parte del Foro de Sao Paulo, donde nace todo el socialismo del siglo 21, el Alba. Y que esta gente lleva toda una línea de pensamiento a fin entre ellos.

Es por eso que vemos que el Partido Acción Ciudadana, lleva toda una línea de trabajo para segmentar la población costarricense para reelegirse una y otra vez. Por lo que presenté el documento para que el presidente se comprometa y tome una posición. A ver si son o si no son.” – Dragos Dolanescu

Ahora se presentará una dinámica en la que el diputado debió responder con una palabra:

  Palabra   Respuesta
  Alajuela   Ciudad de mis amores
  Rumania   Pueblo donde nací
  Poesía   Una forma de arte muy cerebral
  Comida favorita   Pinto
  Dracula   Héroe nacional en Rumania
  Vida rural   Sabiduría
  Timisoara   Una ciudad bellísima donde empezó la revolución.

Periodista: Ignacio Avilés Fernández

Contacto: nachoaviles134@gmail.com

Publicado por ComunicacionesUIA

Agencia de Comunicación interna y externa de la Universidad Internacional de las Américas.

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